sábado, 14 de agosto de 2010

TIC TAC

Parece que allí nadie nos enseña a ser ni a estar: solo sabemos hacer. Y aquí, hay que aprender a ser sin hacer nada, a estar sin ninguna actividad… A contemplar. A esperar. Las horas se juntan unas con otras. Y no, no es aburrimiento (no siempre) es… saber vivir el tiempo. En occidente hay una lucha inmensa contra el vacío: llenamos nuestro tiempo libre con ocio, con gente, con planes y, si todo lo demás falla, ponemos la tele para hacer que nos sintamos menos solos o evitar que pensemos demasiado en cosas que nos den más preocupaciones de las necesarias.

Cuando se recorren kilómetros de este gran continente se ven no poca gente sentada, mirando la vida… personas tiradas en el campo o en el arcén de la carretera. A la sombra o al sol… simplemente están ahí. Y no deja de llamar la atención al ojo occidental: ¡con la cantidad de cosas que hay que hacer y están… así, sin hacer nada! ¿sin hacer nada? ¿qué hay que hacer? Si han ido al mercado, han comprado o vendido el pescado en la lonja, si han terminado sus quehaceres diarios… ¿qué les queda?

Aquí uno tiene que aprender a sentirse incluso en el vacío. A observar y a ver. A disfrutar de los minutos que transcurren. A escuchar. A ser sin disfraces. A estar con uno mismo, que a veces, es lo más difícil.

3 comentarios:

  1. ya lo decia bachir y sus gente. Prisa mata, y pequeña... ya aprendimos una vez a vivir sin relojes y a cenar cuando la cena estuviera hecha, sin horas...:)
    Aprende, disfruta y quierete a ti misma

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  2. Wow!!!
    joe que paz y tranquilidad no?
    disfruta!

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  3. wow!!
    podrias hacer un libro de pequeños relatos, que yo lo compraria el primero!!

    "alba alada" coelha!!

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